El jugador Pegamento – Santiago Maeso

SENSIBILIDAD HACIA EL/LA JUGADORA PEGAMENTO:

Esta realidad social actual que encumbra y visualiza rápidamente a las estrellas con la misma celeridad con que las olvida en el corto plazo se refleja, unas veces, de forma consciente y otras muchas, inconscientemente, en nuestra realidad como entrenadores de nuestro deporte.

El entrenador/a dibuja en su mente analítica el esquema del capital humano de que dispone, es decir sus jugadores/as y, rápidamente, detecta y valora los jugadores que más aportan en diferentes aspectos que le puedan interesar y que son más visibles: anotación, rebote, asistencias, fundamentalmente porque el objetivo original es anotar y , paralelamente , defensa/robos como hitos a seguir en la faceta defensiva y necesaria en todo equipo.

Algo alejado de los focos principales en el equipo -por no aparecer en estas estadísticas más tangibles y valorables- se encuentra un tipo de jugadores/as que, sin destacar especialmente en ninguno de estos apartados, son fundamentales para el entrenador por su función como pegamento que aglutina y engrasa al resto de las piezas del equipo con su labor complementaria y fundamental.

Son jugadores/as que, sin destacar especialmente en los aspectos estadísticos enumerados anteriormente, son el termómetro del equipo por los valores que impregnan al resto del grupo y su labor de cohesión de todos sus integrantes.

Estos jugadores, miden el índice de motivación general del equipo, y detectan de forma instintiva la necesidad del equipo en cada momento. De este modo, bajan al barro y anotan cuando hace falta anotar, defienden cuando hay que defender en una posición determinada en un momento clave del partido, marcan el camino a seguir con su raza defensiva cuando hay que tirar del grupo, asisten en momentos sensibles para alimentar a jugadores poco activos y activarles y/o asumen todo tipo de tareas poco lucidas pero necesarias para el buen hacer del equipo en el transcurso del partido.

Son jugadores/as pegamento, sin los cuales, el equipo baja claramente su carácter y nivel competitivo pero que acaparan pocos focos y titulares. Y una especie poco común y muy cotizada por el entrenador que sabe leer estas fortalezas en su activo.

El entrenador/a debe cuidar este estilo de jugador. Marcan tendencia de mejora al resto del grupo. Si bien, es cierto que el espectador medio poco avezado en esta sensibilidad minusvalorará su capacidad sin valorar su aportación global y riqueza dentro del equipo.

Es el jugador que todo entrenador/a quiere y necesita. Y todos tenemos alguno en la cabeza mientras leemos estas líneas. Valoremos su importancia como se merece.

LOS MOTIVOS DE JOTA CUSPINERA PARA ASOCIARSE:


El jugador Pegamento – Santiago Maeso